Lo que no resuelve el Socialismo del siglo XXI

En el campo de un sistema "Socialista", se toma como punto de partida la importancia fundamental del ser humano, con sus ideales, sueños y aspiraciones, sus actitudes y valores. "En Teoría".

Pero lo que realmente es cierto, algo que se escapa de sistemas y modelos económicos y es tan cierto como la frase "La costumbre se hace ley", es que el ser humano es un conjunto de necesidades. Para el hombre progresar es mejorar el nivel de vida, lo que se traduce en un sueño; pero ese sueño se debe cuantificar en metas y a medida que se van cumpliendo con esas metas se va progresando.

El progreso se define como el avance hacia una meta, pero, antes, es necesario haberse fijado esas metas. En este orden de ideas y dentro de este contexto se puede decir que una meta es la cuantificación de un sueño (Shapiro, 1985, p. 475). Las metas están orientadas hacia la satisfacción de las necesidades humanas. Estas necesidades pueden concebirse arregladas en un orden jerárquico, empezando por las necesidades materiales más elementales para la conservación de la vida (necesidad de supervivencia): estas necesidades materiales pueden ser individuales (alimento, vivienda, salud o seguridad) y pueden ser también de la especie denominadas colectivas (reproducirse, relacionarse, compartir o sentirse acompañado). Por encima de estas necesidades materiales se encuentran otras como son las necesidades afectivas o de Auto-Realización relacionadas con la necesidad de afecto, reconocimiento de su valor como persona, superación, crecimiento o desarrollo personal y, en el más alto nivel de la escala jerárquica, las necesidades espirituales o de trascendencia, que incluyen la espiritualidad, creer en el más allá y la relación con Dios (Shapiro, 1985, p. 476).

Actualmente, debemos hacer énfasis en la generación de bienes para satisfacer, principalmente, las necesidades materiales de la vida. Pero es indispensable no olvidar que la organización está inmersa en una red de interacciones entre personas (propietario, administrador, trabajadores, clientes, proveedores, comunidad), cada una con su propio universo, su propia visión del mundo y que tienen necesidades y objetivos, no sólo materiales, sino también afectivos y espirituales. Esta multiplicidad de actores con necesidades y objetivos diversos y muchas veces conflictivos en el contexto de la organización, obliga a actuar en procesos de negociación y concertación de conflictos, no en un ambiente adversario, sino buscando el beneficio de todos los participantes, y esto es uno de los componentes más esenciales de una verdadera gestión.

Esto al socialismo del Siglo XXI le quedo demasiado grande! Desde ya estamos repensando y re-ideando nuevos esquemas, tanto políticos, económicos y sociales.

Quien quiera debatir puede escribir a jonathanlugocpc@hotmail.com