Ante la terca estrategia fallida de la MUD



Comienzo por decir que lo más interesante es lo bien que el Venezolano muestra el carácter dramático e incesante de sus decisiones políticas, pero como no voy a extenderme a realizar un análisis profundo, escribo en esta oportunidad para difundir la idea que expreso Juan Carlos Sosa Azpúrua en ambos artículos que se encuentran en el hipervinculo anexo a su nombre. Esta idea no escapa a una de muchas que nos ronda hace ya bastante tiempo y es la siguiente:

"(....), aquellos venezolanos de buena voluntad, que contra todo pronóstico aún siguen dictámenes de los capitanes de la MUD, pongan el seis de diciembre como fecha tope para decidir qué camino tomar. De cumplirse las maravillosas expectativas sembradas por la MUD –ese eterno campo de frambuesas–, entonces será mi realidad la que tendré que revisar.
Si llega ese día, y el régimen hace lo que siempre ha hecho, habrá que decirle a la MUD: ¡Ya basta!… o seguirá el cuento hasta la eternidad y esas historias de mentira crecerán como monte en la tumba de Venezuela."


Es así como se puede apreciar sin vacilación y de una manera contundente el mas claro limite al descaro, a la manipulación que ejerce la MUD en la buena voluntad y sobre todo a la errada forma de oponer al régimen Chavista. Si bien la relación entre representación política y participación no está exenta de tensiones, precisamente por ello el grado de democratización de la vida colectiva debería residir también en las posibilidades que los ciudadanos tienen de acceder a la experiencia de toma de decisiones, al drama sin tregua que ésta representa en términos de consecuencias paradójicas, incertezas e imposibilidad de realización absoluta de los valores que las inspiran.

Es solo una idea, una posibilidad de hacer, de ejercer y de sobre todo poner fin a largas cadenas de manipulación absurda.