Las prácticas deshonestas son moneda común en muchos países y a todos los niveles gubernamentales, políticos,hasta en los gremios profesionales, con independencia del sistema político vigente, democrático, comunista, socialista tipo chavista o autoritario. La corrupción es una de las causas del subdesarrollo y la pobreza. Distorsiona el mercado y fomenta la competencia del soborno, en lugar de la eficacia y la eficiencia!
Peter Eigen, presidente de Transparency International, considera, que la corrupción "destruye todo espíritu de desarrollo, ya que, pinta como tontos a aquellos que trabajan de forma honesta. Erosiona la justicia y la estabilidad de la sociedad. Reduce el bienestar general de la población. Por eso, la corrupción es un problema de todos".
La corrupción adopta múltiples formas. La más extendida es la relativa a las compras, por parte de los gobiernos, de bienes, obras y servicios, bajo la influencia de sobornos y comisiones. Las más importantes se esconden en la negociación de terrenos, en la venta de ejidos, y, sobre todo, los proyectos de grandes obras públicas, como puertos, represas, carreteras, ferrocarriles, plantas de agua. En algunos países, regiones o autonomías, es difícil que un empresario, proveedor de servicios, promotor inmobiliario o importador, pueda sobrevivir sin tener que pagar la "cuota".
Bueno que no se nos ocurra hablar de financiamiento de campañas políticas, podríamos dañar el momento histórico!
La ley siempre es insuficiente. La corrupción evoluciona, adaptándose a las nuevas instituciones y medidas legales que se aprueban para luchar contra ella. Pero, la peor consecuencia de la corrupción y el clima de impunidad, creado por una justicia permisiva y controlada, por organismos de control supeditados al poder y por unos medios de comunicación serviles, es la indiferencia de una sociedad que no se escandaliza. Cuando la política se convierte en un lodazal, la culpa es de los gobernantes, pero, sobre todo, de una ciudadanía sumisa, domesticada, manipulada y clientelar que, lejos de caerles a palo limpió, vuelven a votarlos.
Gracias a Dios, el Guarapiche y el Petróleo salimos de esa oscuridad!
Peter Eigen, presidente de Transparency International, considera, que la corrupción "destruye todo espíritu de desarrollo, ya que, pinta como tontos a aquellos que trabajan de forma honesta. Erosiona la justicia y la estabilidad de la sociedad. Reduce el bienestar general de la población. Por eso, la corrupción es un problema de todos".
La corrupción adopta múltiples formas. La más extendida es la relativa a las compras, por parte de los gobiernos, de bienes, obras y servicios, bajo la influencia de sobornos y comisiones. Las más importantes se esconden en la negociación de terrenos, en la venta de ejidos, y, sobre todo, los proyectos de grandes obras públicas, como puertos, represas, carreteras, ferrocarriles, plantas de agua. En algunos países, regiones o autonomías, es difícil que un empresario, proveedor de servicios, promotor inmobiliario o importador, pueda sobrevivir sin tener que pagar la "cuota".
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La ley siempre es insuficiente. La corrupción evoluciona, adaptándose a las nuevas instituciones y medidas legales que se aprueban para luchar contra ella. Pero, la peor consecuencia de la corrupción y el clima de impunidad, creado por una justicia permisiva y controlada, por organismos de control supeditados al poder y por unos medios de comunicación serviles, es la indiferencia de una sociedad que no se escandaliza. Cuando la política se convierte en un lodazal, la culpa es de los gobernantes, pero, sobre todo, de una ciudadanía sumisa, domesticada, manipulada y clientelar que, lejos de caerles a palo limpió, vuelven a votarlos.
Gracias a Dios, el Guarapiche y el Petróleo salimos de esa oscuridad!
