Creencias Imaginarias en Tiempos de Showseros: La Realidad Venezolana

En momentos en los que brillan los showseros, los venezolanos recurren a diversas creencias y figuras para encontrar consuelo y esperanza. Este artículo explora las diferentes entidades en las que confían, desde brujos hasta influencers, y reflexiona sobre la necesidad de enfrentar la realidad con seriedad.

La situación en Venezuela ha llevado a muchos a buscar refugio en creencias y figuras que prometen soluciones rápidas y milagrosas. En tiempos de desesperación, es común aferrarse a cualquier cosa que ofrezca un rayo de esperanza, aunque sea efímero. Este artículo analiza las diversas entidades en las que los venezolanos depositan su fe cuando la realidad los golpea con fuerza.

En brujos y astrólogos

En medio de una profunda distorsión social y cognitiva, muchos venezolanos recurren a brujos y astrólogos en busca de respuestas y predicciones que les den un sentido de control sobre sus vidas. Estas figuras prometen soluciones mágicas a problemas complejos, ofreciendo un alivio temporal a la angustia.
En “periodistas” de “me lo dijo una fuente confiable”

La proliferación de periodistas que aseguran tener información privilegiada ha aumentado en tiempos de todo por un like. Estos individuos, a menudo sin pruebas concretas, alimentan la esperanza de cambios inminentes basados en rumores y especulaciones.


En los mismos políticos de siempre

A pesar de repetidos fracasos, muchos siguen confiando en los mismos políticos que han estado en el poder ya sea oficialmente o no, durante años. La falta de alternativas viables y el deseo de estabilidad llevan a la gente a aferrarse a lo conocido, aunque no haya resultados positivos.


En influencers románticos y llorones

Esto es relativamente nuevo, pero muy ligado a todo lo anterior, los influencers apelan a las emociones y el sentimentalismo, han ganado seguidores y likes. Sus mensajes de amor y esperanza, aunque estén bien intencionados y les salga bonito, a menudo carecen de soluciones prácticas y reales. Aportan mas locura a todo, son un verdadero problema, incluso para la futura era de la post revolución que no la estoy visualizando a corto ni mediano plazo.


En palangristas con muchos seguidores

Los palangristas, que cambian de opinión según la conveniencia, también tienen una gran influencia. Estos individuos, en lugar de buscar trabajos honestos, cobran por mensajes contradictorios que solo aumentan la confusión y la desconfianza. (Está de moda Jaime Bayly)

En ex funcionarios de gobiernos extranjeros

Ex funcionarios que no lograron cambios significativos cuando estaban en el poder ahora prometen soluciones desde el exterior. Sus promesas vacías solo sirven para alimentar falsas esperanzas.


Las comunicaciones fantasmas en cuentas de instituciones del gobierno paralelo (imaginario)

La proliferación de comunicados y declaraciones en formatos visualmente atractivos pero vacíos de contenido real es otra tendencia. Estos documentos, aunque bien diseñados, no ofrecen soluciones concretas.


En Hackers pero de poca monta

Últimamente, cualquiera que usa la herramienta OSIN y le da un cruce a un correo electrónico de Pedro Carreño se hace llamar Hackers dando horas para hundir a la revolución de la muerte. Tamaños locos, no van a decir mas nada.


En vídeos desde la sala de su casa

Los vídeos caseros de personas pidiendo cambios al gobierno, aunque bien intencionados, a menudo carecen de impacto real. Estos mensajes, aunque emotivos, no logran generar el cambio necesario.


En la misma cantaleta de “esto es hasta el final”

El eslogan de “esto es hasta el final” se ha convertido en un mantra repetido sin cesar. Aunque puede inspirar resistencia, también puede llevar a la fatiga y la desilusión cuando no se ven resultados tangibles.

Es crucial que los venezolanos comiencen a enfrentar la realidad con seriedad y dejen de tratar la situación del país como una tendencia más de redes sociales. La crisis actual requiere soluciones reales y un compromiso genuino para lograr un cambio significativo. No podemos permitir que los mismos errores y falsas esperanzas sigan dictando nuestro futuro.


Así van quedando los brujos y palangristas:





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